¿Se puede congelar queso fresco? Si, se puede. Si has comprado una tarrina de queso fresco que no vas a consumir, congelarlo es una estupenda alternativa para conservarlo y echar mano de el cuando lo necesites. Su origen lácteo hace que su almacenaje sea delicado, pero no imposible.
El queso fresco es uno de los quesos mas delicados. Pueden soportar las bajas temperaturas, pero su textura y sabor se verán afectados una vez descongelados y no para bien. Sin embargo, teniendo esto presente, hoy compartimos con vosotros los consejos para hacerlo de la mejor forma posible.
Los pasos para congelar queso fresco son muy sencillos como tendrás tiempo de comprobar. Antes de ponerte a ello, sin embargo, hay algunas consideraciones que debes tener en cuenta. La primera es que únicamente es recomendable congelar un producto que este fresco, apto para ser consumido o utilizado en preparaciones como esta ensalada de pasta. La segunda es que tendrás que consumir el queso en un plazo máximo de dos meses.
Consejo
- Queso fresco
- Papel de cocina absorbente
- Papel film, bolsa zip o táper hermético para congelar
- Sacamos de la nevera el queso fresco y lo cortamos en rodajas gruesas, como en la imagen, para después poderlo sacar por porciones.
- Colocamos estas rodajas sobre papel absorbente y secamos muy bien presionando ligeramente para congelarlo con la cantidad mínima de agua posible para que no cristalice.
- Después, envolvemos cada trozo en papel film y los metemos en un táper. También puedes congelarlo directamente en una bolsa hermética
- Por último lo metemos en el congelador y lo consumimos en los próximos dos meses.
